El Marketing digital sigue evolucionando a la par de la tecnología. Claramente la forma de hacer publicidad en estos días dista mucho de cómo se hacía en el pasado, sin embargo, sigue persiguiendo el mismo fin: vender.
La finalidad de cualquier campaña de marketing es vender, una idea, un producto, una persona, una marca, etc. Puede que alguno diga que su objetivo es recopilar datos de un público objetivo, por ejemplo, pero al final, esos datos se usaran para tratarles de vender alguna cosa de una manera más eficaz.
El escándalo reciente de la filtración de datos de Facebook y la firma Cambridge Analytica ha puesto de manifiesto la fuerza del marketing digital, influyendo en la toma de decisiones de grandes masas, pudiendo, incluso, favorecer la elección de un presidente, o la salida de un país de la Unión Europea, caso del Brexit.
Para realizar una campaña de marketing digital son muchos los recursos que están disponibles hoy en día, muchos de ellos pueden ser gratuitos, como las redes sociales, en donde millones de personas plasman sus pensamientos, colocan los lugares que visitan y pueden llegar a describir de una manera casi exacta su día a día, lo que permite la creación de patrones de conductas que haga más fácil captar la atención de un grupo dado.
Del otro lado de la barrera están los usuarios que pueden sentirse abrumados por tanta información, e incluso molestos, como los usuarios de Facebook en estos momentos, lo que muestra lo que ocurre cuando se pasa la delgada línea de la confianza que depositan los usuarios en las marcas.
Escándalos como esté muestran tanto a empresas como a las personas comunes, los límites que deben manejar en el mundo digital. No es un secreto que cada día nos hemos vuelto más dependientes de la tecnología, pero ¿el precio que se debe pagar es la vulnerabilidad? Una reflexión que se debe hacer.
Ver fuente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario