Cada que una marca o empresa (sea esta grande o pequeña) decide incursionar en el mundo digital se genera algo llamado reputación online que, desde el comienzo y hasta el final, debe ser atendido con sumo cuidado y celo por parte de los expertos en mercadeo. ¿La razón? Es el cliente quien determina esa reputación, y el cliente siempre tiene la razón.
Las marcas y empresas deben prestar oídos y escuchar a la gente para, así, construir y luego administrar la reputación online de manera proactiva. Así se avanza y evoluciona, y así se demuestra confianza en lo que se hace. ¿Es fácil realizar esto? No, pero es vital asumir el esfuerzo de tomar el control de cómo las personas perciben al negocio en el mundo online.
Hacer eso permite mejorar la reacción que el público tiene sobre productos y servicios promovidos dentro de la marca. Tanto, por cierto, que muchas compañías crean ventajas comparativas distintivas que las resaltan sobre el resto, cosa que han logrado debido a que calcularon a tiempo la perspectiva del usuario actual.
Ahora bien, ¿cómo controlar y mantener esa reputación digital específicamente? Los expertos dan tres tips fundamentales:
- SEGUIR CORRECTAMENTE LAS MENCIONES: Como todo, lo negativo suele resaltar sobre lo positivo en la red, sobre todo si de comentarios hablamos. Estos son los que más rápido se expanden. ¿Qué deba hacer la empresa entonces? Monitorear lo que se dice en la red sobre ella y sus productos o servicios, e ir arreglando sobre la marcha todo tipo de inconveniente que pueda afectar la reputación online.
- TENER PRESENCIA EN PRINCIPALES REDES SOCIALES: Hacer esto es vital pues sirve tanto para asegurar un mayor espacio de cobertura como para darle fin a eventuales imprudencias cometidas por terceros que usen nombres de marca similar y que puedan hacer algo totalmente distinto a lo que la empresa o marca se dedica.
- DESARROLLAR INFLUENCIA: Acá hablamos de contenido, pues eso es lo que atrae al público. Lo que se debe hacer a través de él es formar opiniones y afectar las decisiones de compra de los consumidores vía buenas estrategias de mercadeo que construyan autoridad y generen una excelente reputación, una de liderazgo.
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