Puede sonar superficial, pero es la cruda realidad: ¡La primera impresión es fundamental para incrementar o dilapidar cualquier proceso de negociación! El look físico priva mucho a la hora de analizar a otras personas, y es por eso que es altamente recomendable presentar el mejor aspecto ejecutivo a la hora de venderse a uno mismo, un producto o un servicio.
Hay que comenzar con aspectos tan básicos y obvios como la higiene, y hay que continuar con otros como la vestimenta, la cual debería ser siempre formal (por más que nos pueda resultar incómodo a veces). Eso es así porque el exceso de informalidad tiene a ser visto en estos ámbitos como una clara falta de respeto y/o responsabilidad.
Lo físico, claro, no lo es todo. A eso hay que acompañarlo con una imagen más integral que debe apoyarse en aspectos internos e intelectuales que nos hará ser más exitosos y concretar los negocios que queramos… ¿Cuáles son esos aspectos? A continuación te los mostramos:
COMUNICACIÓN: Al momento de exponer ideas de negocios, no hay que caer en el error de no sabernos expresar de forma concreta. Las cosas hay que decirlas bien, clara y pausadamente, y con argumentos. Y hay que decir solo lo suficiente. Jamás hablar de más.
ACTITUD: Lo que se diga tiene que venir acompañado con confianza en uno mismo y lo que expresa. Esa actitud positiva es clave. Hay que tener una buena dosis de personalidad para que otros se contagien de tu energía y le tangan fe a lo que ofreces… ¡Ojo! ¡Sin excesos, por supuesto!
CREATIVIDAD: Ser concreto y tener buena actitud no te priva de agregarle toques de creatividad a lo que sea que expongas. Debes estudiar el contexto en el que desenvolverás y tratar de agregarle tu propio toque personal con ideas innovadoras. Eso llama poderosamente la atención.
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