Hay una especialidad muy particular del mercadeo que se caracteriza por hacer algo que muchos no recomiendan en el sector: crear una perturbación a la natural experiencia del espectador. Estamos hablando acá del marketing de interrupción, el cual está diseñado para llamar la atención del consumidor y hacerlo con cierto grado de estridencia cuando este está realizando alguna actividad.
El marketing de interrupción es, básicamente, una distracción casi obligatoria. ¿Cómo? A través de mensajes bien pensados y pautados en medios de comunicación masiva. Y no, no estamos hablando de simples anuncios, sino de grandes estrategias que arrastran fuertes inversiones financieras para su exitosa ejecución.
Ahora bien, utilizamos intencionalmente la frase ‘exitosa ejecución’ con un propósito: preguntarnos si de verdad sirve o no este tipo de mercadeo. La cuestión es válida pues se trata de una especialidad que ha llegado a fastidiar a muchos consumidores. Primero, porque el hecho de verse bombardeados de improviso les molesta y, segundo, porque pasado el tiempo ya no son impactados tan fácilmente por este tipo de pautas.
De hecho, el consumidor que pasa de este tipo de estrategias por lo general es el consumidor que busca otras alternativas por sí mismo en cuanto a los mensajes publicitarios que necesitan. Esa dicotomía es la que diferencia y contrarresta lo que es el llamado marketing de interrupción y el marketing de permiso, el cual se define como una responsabilidad de los profesionales de la mercadotecnia de solicitar al consumidor si desea o no recibir información publicitaria.
Claro, no todas las personas se pueden salvar del marketing de interrupción una vez este entra en juego. ¿La razón? ¡Tiene demasiadas alternativas! Acá te mostramos una lista de algunas de ellas, las cuales obligan al espectador a dejar de lado la actividad que realizan:
- Telemarketing: Acción de promoción y apuntalamiento de marcas, productos y servicio a través de teléfonos.
- Publicidad impresa: Mensajes con diseño que se elaboran para apuntalar productos, marcas u organismos por medio de periódicos, revistas y demás medios impresos.
- Mensajes en medios electrónicos (televisión, radio o streaming): Ya no sólo se aprecian mensajes que interrumpen contenidos en radio y televisión, sino en medios como Youtube o Spotify también.
- Correo Directo: Mensajes promocionales enviados directamente por correo.
- E-mail spam: Correos electrónicos con mensajes enviados a grandes listas de destinatarios.
- Stands y técnicas de BTL: En congresos o ferias comerciales.
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