Cada generación ha tenido su momento en la historia moderna, y este es el momento de la generación Y, mejor conocidos como “los millennials”, caracterizados por haber llegado a la vida adulta, o la madurez, con el cambio de milenio, en el año 2000.
Un rango distintivo de esta generación es la dependencia de la tecnología. El internet, las redes sociales, los artefactos tecnológicos son herramientas naturales en su cotidianidad: compran, hacen transacciones bancarias, comparten productos y servicios, etc.
“Son personas que se mueven con las redes sociales, que están constantemente metidas en internet, que, a juro, tienen un perfil de Facebook, de Instagram, de Twitter, que hacen negocios por allí, que trabajan incluso freelance, online desde casa, porque están metidos en la computadora”, destaca Patricia Urdaneta, Coordinadora de Contenidos de MásQueDigital, empresa líder en el e-Branding y Mercadeo Digital presidida por Rafael Núñez Aponte.
A pesar de no haber logrado un acuerdo concreto sobre la ubicación cronológica de este grupo de personas, diversos sociólogos y estudiosos del mundo ubican su nacimiento entre principios y mediados de los años 80 del siglo XX.
Urdaneta enfatiza que la mayor característica de esta generación es la capacidad de adaptación. “Las personas que vienen de lo analógico tienen ese cassette -literalmente- de que las cosas son de una manera y vienen siendo de esa forma y cuando viene el cambio de la tecnología es un shock. Al principio es un problema adaptarse y es el paso a paso de cómo van las cosas. Sin embargo, las personas que son millennials son adaptables, cuándo viene una nueva aplicación, cuándo viene una actualización de algo, cuándo viene un nuevo producto, etc., nos adaptamos rápido”, dice, al tiempo que explica que existe un importante equilibrio entre la capacidad de adaptarse a los cambios que el mundo ofrece, y seguir siendo jóvenes en su edad adulta.
Otra característica visible de los millennials es su “desapego” y su insaciable deseo por emigrar o estar en constante movimiento.
“Los millennials tienen tanto acceso a la tecnología que no tienen fronteras, el acceso a otros países, a otros mercados, es muy fácil. Es googlear y saber sobre otra cultura, no hay fronteras (…) El acceso si es muchísimo mayor y por eso entonces las ganas de emigrar, las ganas de terminar de conocerlo todo lo que estás viendo en pantalla ahorita (…) Sobre al apego: tenemos la capacidad de mantenernos con las reglas y sin embargo romperlas, romper las barreras, romper cualquier tipo de novedad, incluso innovar. Por eso la generación millennial tiene tantos innovadores y emprendedores, porque no van con las reglas solamente, sabemos lo que está bien, lo que está mal, y sin embargo rompemos barreras”, enfatiza Urdaneta.
Por encima de todo, Urdaneta reconoce un alto nivel de responsabilidad y compromiso en cada acción que toman, por lo menos en la mayoría de los casos, los jóvenes de la generación millennial. También reconoce que las conductas humanas no cambian, sólo se visualizan de otra manera.
“No es que haya un desapego en lo familiar, más expande la familia, quizá están regados por el mundo y más bien el acceso es mayor (…) te apuesto a que yo coloco una foto de mi abuela en Instagram y va a aparecer más familia comentándola a que si no lo hago”, sentenció.
A esta generación Y le sigue la Z, aquellos que hoy son menores de edad, que a pesar de su casi innato dominio de la tecnología, no poseen la madurez para establecer un proyecto de vida sólido, y el reto que tenemos como sociedad es mantener el norte de los jóvenes del futuro inmediato: incitarlos a que no todo sea tecnológico o frío, mostrarles que la tecnología y su desarrollo es una herramienta para complementar su desarrollo.
“Yo soy de las que cree que el lado humano no se pierde, no creo que se vaya a perder nada (…) Lo que cambia, para mí, siguen siendo las herramientas, no creo que se pierda el contacto humano, la cercanía no es en persona”, sentenció Urdaneta.
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